Hace un mes la luna estuvo tan cerca de la tierra como no lo había estado en 20 años, y tardará otros tantos en estarlo, a eso se le llama perigeo. Así que como muchos otros aficionados a la fotografía me puse manos a la obra para intentar hacer alguna foto decente.
La idea era sacar una foto con una silueta de persona sosteniendo la luna o con la silueta recortada en el fondo. Le cogí prestado a mi amigo Javier Martín un zoom de 400mm, que una vez puesto en mi cámara se convertía en un 640mm. Pasamos Vicki, Bruno y yo un buen rato de la tarde anterior buscando un sitio apropiado. Ya sabíamos exactamente por qué lugar del horizonte salía la luna, así que llevamos una brújula y decidimos en qué lugar nos situaríamos el día siguiente para la toma.
Al anochecer del día de la toma todo eran nervios... ¿saldrá realmente por donde hemos calculado? pues sí, tenía preparada la cámara en el trípode y tan solo tuve que moverla mínimamente para enfocar la luna. De los nervios pasamos a las carreras; la luna se mueve mucho más deprisa de lo que nos imaginamos... Finalmente salieron algunas fotos solo medianamente aceptables, la verdad, no era lo que buscaba, ya atinaré mejor en otra ocasión. Para mí, en el momento de las fotos, la luna corría como un galgo en campo abierto y suficiente tenía con no perder su estela.
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