Raúl Orte en la cresta de los Portillones
Muchas veces vamos al pirineo a repetir vías que todo el mundo hace una y otra vez, vamos a las clásicas que se encuentran masificadas, corriendo para llegar los primeros a pie de vía. Con un poco de imaginación y muchas ganas te puedes salir de lo habitual y buscar rutas y actividades que prácticamente nadie hace. Hace 15 años Raúl Orte y yo hicimos una una de esas actividades de las que siempre te acuerdas con una sonrisa en los labios. No se trataba de una escalada difícil, ni arriesgada, ni conocida.
Javi Urbón en lo alto de la cresta de los Portillones
En realidad se trataba de escalar el mayor número de tresmiles por crestas y pequeñas escaladas. Empezamos en la Renclusa, escalamos la cresta de los Portillones, las Maladetas, bajamos al glaciar del Aneto para escalar en tres largos de aventura el pico Maldito, para continuar por la cresta hacia el Coronas y su collado. Allí acabó la aventura, con nueve tresmiles en el morral y la sensación de que podíamos haber rematado la actividad con un Aneto que teníamos a tiro de piedra. El tormentón que cayó nada mas llegar a la tienda nos confirmó que hicimos bien en dejarlo en aquel punto.
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